¿Agendas de papel? Yo uso el móvil.
Hay ciertas cosas que no deberían dejar nunca de utilizarse y hábitos que no tendrían que desaparecer, como la escritura en agendas de papel.
Aunque, en la actualidad, es complicado no utilizar mucho, o muchísimo, las nuevas tecnologías, la utilidad de las agendas personalizadas, el bloc de notas y los cuadernos de toda la vida resulta indiscutible. Son objetos prácticos, accesibles, sencillos y, para muchos, realmente más agradables que los aparatos electrónicos.
Diversos estudios han demostrado que, además, tienen ciertas ventajas, importantes y bien definidas, frente a sus sustitutos digitales. Concretamente, está probado que la escritura en papel aporta una serie de beneficios frente al uso exclusivo de teclados y pantallas táctiles.
Principales ventajas de las agendas personalizadas
– El uso del lápiz y el papel favorece la productividad por varios motivos, principalmente por la ausencia de distracciones.
Resulta complicado concentrarse al 100 % en lo que se está escribiendo cuando, de manera constante, nos interrumpen diversas notificaciones, mensajes, emails, avisos y alarmas en la pantalla del ordenador o del teléfono móvil. Cuando se escribe en papel, en cambio, la concentración plena es posible y, por tanto, aumenta la productividad.
– Fomenta la creatividad. Por este motivo, cuando se realiza brainstorm o lluvia de ideas, se aconseja siempre tener a mano una libreta y un bolígrafo.
– Rapidez y buena organización. Resulta mucho más fácil y rápido apuntar a mano una lista de tareas o una idea con el simple gesto de coger un boli y escribirlo. David Allen, escritor de Organízate con Eficacia, dice claramente que «la manera más fácil y ubicua de sacar las ideas de tu cabeza es ponerlas en papel”.
– Es un descanso para la vista. Es muy frecuente en la actualidad pasar mucho más tiempo del recomendable frente a las pantallas, lo que causa multitud de molestias oculares, dolores de cabeza, de espalda y demás. Utilizar un cuaderno es una manera muy fácil de dar un descanso a la mente y a los ojos.
– ¡No se queda sin batería! Ni se bloquea, ni necesita cables, ni contraseñas o enchufes. El papel está cuando se necesita, no deja tirado a nadie en el peor de los momentos posible y no pide nada a cambio de funcionar.
Por otra parte, la escritura a mano es un arte que no debería ir perdiéndose en el tiempo. Aunque son muchas las personas que utilizan de manera habitual el papel y lo combinan con el uso de las nuevas tecnologías, también son muchos los que comienzan a escribir únicamente con teclas, sobre todo los nativos digitales.
La caligrafía de cada persona es absolutamente única: a través de su estudio se puede conocer la personalidad de cada uno e incluso muestra el estado de ánimo y determinadas características personales. Esto supone una muestra importante del valor intrínseco de la escritura a mano.
Las agendas personalizadas, por ejemplo, son objetos que siempre son bien recibidos y valorados en sí mismos. Siempre vienen bien. Forman parte del merchandising de muchas empresas, como las libretas personalizadas o los libros de reserva, mucho más agradables, por ejemplo, que una fría hoja de Excel.
Los elementos más evidentes que distinguen el papel de lo digital no dejan de ser de lo más importante: el tacto, el olor del papel y el simple hecho de que se pueda leer y escribir sin que la pantalla deslumbre son cosas dignas de apreciar.
Cuando algo funciona, no tiene sentido sustituirlo. Por eso, lo ideal es saber aprovecharse de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías pero sin renunciar a objetos que, por su sencillez y utilidad, facilitan mucho las pequeñas y grandes cosas del día al día.
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