Regalos publicitarios personalizados
Historia de los bolígrafos

Historia de los bolígrafos

Historia de los bolígrafos como elemento distintivo, ideales como regalos promocionales.

La historia está escrita con inventos que nacen para facilitar la vida de las personas. Así pasó con el bolígrafo. Lo inventaron en el siglo XX los hermanos húngaros Ladislao y Georg Biro. Los regalos de empresa, sin embargo, han existido desde el antiguo Egipto como una manera de ganarse el favor de reyes y personas influyentes. Durante el siglo pasado se consolidó en toda una estrategia comercial.

Historia de los bolígrafos

En el siglo XIX, los húngaros Ladislao Biro y su hermano Georg se cansaron de los problemas que les causaban las plumas cuando se atascaban a mitad de un reportaje. Consiguieron inventar una tinta que era muy útil para escribir a mano, pero poco funcional para las estilográficas.

Historia de los bolígrafos

Así, tras observar a unos niños jugando con unas bolitas en la calle, Ladislao pensó que en vez de una pluma metálica, debía utilizar una pequeña esfera. Aunque en aquel momento era complicado fabricar bolitas tan pequeñas, el húngaro patentó un prototipo en su país y en Francia en el año 1938. En aquel momento no lo comercializó.

Los dos hermanos, junto a su amigo y socio Juan Jorge Meyne, se vieron obligados a emigrar a Argentina para escapar de la amenaza nazi. En América, lejos de la segunda Guerra Mundial, crearon la compañía Biro Meyne Biro. El 10 de junio de 1943 registraron una nueva patente en Buenos Aires. Entonces empezaron a comercializar las plumas esferográficas, como bautizaron a aquellos primeros bolígrafos.

Los libreros consideraron el invento demasiado barato para venderlo como herramienta de trabajo, así que lo ofrecían como un juguete para niños. Sin embargo, el bolígrafo se posicionó con rapidez en el mercado argentino y dio la vuelta al mundo. A su muerte, Biro dijo que «su juguete» había dejado más de treinta y seis millones de dólares al tesoro argentino.

A mediados del siglo XX se extendió la práctica de los regalos de empresa. Las empresas hacía tiempo que utilizaban bolígrafos, porque eran más prácticos que las plumas. Pronto las esferográficas ocuparon uno de los primeros puestos de los regalos promocionales, ya que eran artículos económicos, útiles, ligeros, versátiles y necesarios para las compañías y en aquel momento, las oficinas no disponían de ordenadores, todo se escribía a mano o a máquina.

Bolígrafos personalizados como regalos promocionales

Si bien los regalos de empresa tienen su origen en el antiguo Egipto, en el siglo XX se generalizaron como estrategia comercial. El capitalismo trajo consigo la carrera de las empresas por conseguir posicionarse en un mercado cada vez más competitivo. En la guerra de la visibilidad se potenciaron las compañías de mercadotecnia y nació el actual merchandising.

Jasper Meeks (Ohio) fue el primero en regalar mochilas en una tienda de zapatos. A mediados del siglo XX empezó a crecer la industria de los regalos promocionales. Hoy en día, el abanico de posibilidades es sorprendente. Sin embargo, los bolígrafos personalizados y los bolígrafos de publicidad siguen siendo artículos ideales para realizar regalos de empresa y promocionar al mismo tiempo la compañía propia.

Conclusión

Los bolígrafos de merchandising siguen siendo excelentes regalos de empresa gracias a sus propios valores. Destacan por el hecho de ser ligeros, económicos, práctico, versátiles y visibles. Se pueden personalizar, como muestra de empatía, de atención especial y de agradecimiento. Además, el cliente o proveedor lo lleva consigo a todas partes, lo utiliza para su trabajo del día a día y lo muestra a otros posibles clientes.

En un entorno como el actual, las empresas siguen luchando por mantener su posicionamiento en el mercado. El merchandising es un excelente aliado de las estrategias comerciales, ya que brinda visibilidad y proyección a la marca.